7.30.2009

Los Cobitos Ya Tienen Sus Casitas


cobito
Originally uploaded by Jacobo Merced
Recientemente estuve disfrutando en familia en la isla de Culebra, a 20 millas de las costas de Fajardo, Puerto Rico. Curiosamente, y como no contábamos con muchos días para disfrutar de sus innumerables playas, decidimos llevar a mis sobrinos y a mi hija de tres años a un callito de arena ubicado en la entrada de la bahía de Dákiti. En este callito no existe vegetación, sólo una planta rastrera de la cual no conozco el nombre, ni la razón por la cuál sobrevive en ese cálido pedacito de arena. Más aún, este callito es como un cementerio de corales, pedacitos de corales, que cubren la arena como una sábana blanca. Creo que somos de las pocas personas que han visitado ese callito.

Mi hermana llegó con los nenes primero que nosotras, ya que habían salido a snorkiar mucho antes. Mi hija y yo llegamos después en dinghy porque allí la corriente de mar es fuerte. Al llegar al bajo, tuvimos que bajarnos del dinghy y caminar pues el área era bien llanita. Alando el dinghy por un cabo, caminamos a toda prisa pero sin avanzar, mientras observábamos cómo los primos en la orilla miraban curiosamente las palmas de sus manos que a lo lejos parecían estar vacías. “¿Qué tu haces?”, preguntó mi hija con emoción. Uno de los primos gritó: “¡Cobitos! Estamos jugando con cobitos!” ¡Si, ese cementerio de corales estaba lleno de vida!

Por si no los conocen, los cobitos son unos cangrejitos que viven en la orilla del mar dentro de unos caracoles. En realidad no sé cómo nacen, pero comienzan bien chiquititos como del tamaño de un grano de arroz. Son de color anaranjado, tienen dos antenas y poseen una palanca para protegerse. A medida que van creciendo, abandonan su caracol y se “mudan” a otro más grande. A veces los encuentras escondidos debajo de la arena y cuando baja la marea en el callito, también se refugian debajo de piedras grandes donde es más húmedo y fresco para sobrevivir el calor del día.

En ese instante que gritó la palabra cobitos, me transporté al pasado y recordé lo mucho que jugaba con ellos en la playa. Estaban por todos lados, algunos llegan a ser tan grande como una bola de tenis. Hoy día, encontrar cobitos en la orilla es un regalo de Dios. ¡Ya no se ven tanto como antes! Ellos también han sufrido los cambios del clima en nuestro planeta.

Inmediatamente nos unimos a la observación y mi niña comenzó a jugar con los “cangrejitos de coral... cangrejitos patisambos que no saben caminar” (como dice la canción infantil). Como ella estaba entretenida con sus primos y su tía, tomé unos minutos para estar a solas y caminar por el callito. Pero, ¿qué buscaba? Al principio, nada. Todos los corales se veían igual: blancos. De momento comencé a distinguir entre corales y caracoles. ¡Si, caracoles en el medio del callito! Lo primero que pensé fue: casitas para los cobitos. Pero, ¿Cómo los cobitos iban a encontrar estos caracoles? ¿Cuánto tiempo tendrán que caminar sobre los corales calientes antes de encontrar su nueva casa, si las distancias para estos animalito son largas?

Entonces, tuve una gran idea. ¡Voy a ayudar a los cobitos a encontrar su próxima casa! ¡Soy gigante en comparación con los cobitos y puedo cruzar el callito en menos de tres minutos... qué genial! Busqué y busqué caracoles hasta el cansancio. Habían de todos los tamaños, formas y colores. Algunos de lujo, otros más “usados”. Pero no podían estar rotos porque si no estarían expuestos al sol y a otros depredadores. Así que hice un escogido y luego los tiré por toda la orilla. Ahora sí que los cobitos no tendrán que pasar tanto trabajo para conseguir su “casita” nueva y tendrán mayores posibilidades de sobrevivir.

Ese día me sentí bien orgullosa pues, aunque fue algo que para muchos pueda parecer tonto, para mi fue una experiencia de crecimiento personal. Sentí que había salvado el mundo... o por lo menos el mundo de los cobitos del callito de Dákiti.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

que come un cobito

Jacobo Merced dijo...

Muy buena narracion.

Unknown dijo...

necesito saber q come un cobito ya que mi hijastro se antojo de traer varios a la casa....

Anónimo dijo...

Yo por lo menos le puse pan y dos piedras de mar,con algas y han sobrevivido .. no se si es corecto pero ha servido.